EE. UU. deja en 1% el impuesto a remesas de migrantes
Publicado en 02/07/2025 14:34
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El Senado de Estados Unidos aprobó el martes 1 de julio de 2025 el paquete presupuestario y fiscal del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que crea un nuevo impuesto de 1% sobre las remesas familiares, que envían más de 50 millones de migrantes desde Estados Unidos a Nicaragua, México, Haití, República Dominicana, Jamaica, El Salvador, Guatemala, Honduras y otros países.

La iniciativa legislativa, aprobada por el Senado y que ahora retorna a la Cámara de Representantes para ser votada antes de que Trump pueda firmarla, estima que cualquier remesa realizada por un no estadounidense que supere los 15 dólares cargará con un impuesto del 1%.

El impuesto es menos del 5% planteado originalmente por la Administración de Trump y del 3.5% aprobado por el Congreso, en lo que que supone otra muestra de desdén del Gobierno Trump para con la comunidad migrante.

El nuevo impuesto aprobado con 51 votos a favor y 50 en contra, con el voto del vicepresidente de Estados Unidos, J.D. Vance, rompiendo el empate a favor del bloque republicano, se aplicará a partir del 1 de enero de 2026.

Un polémico impuesto

 

La bancada republicana se había anotado el jueves 22 de mayo de 2025 una victoria en la Cámara de Representantes de EE. UU. con la aprobación del plan fiscal y presupuestario impulsado por Trump, que incluía un impuesto de 3.5% a las remesas, en vez del 5% previsto inicialmente. Sin embargo, tras negociaciones y presiones el texto aprobado indica que: “Por la presente se impone un impuesto sobre cualquier transferencia de remesas igual al 1% del monto de dicha transferencia”.

El impuesto del 1% se aplicaría a los envíos hechos por indocumentados, inmigrantes con residencia permanente, visas de trabajo o amparados con cualquier beneficio migratorio. Los ciudadanos estadounidenses estarían exentos del gravamen.

Más del 80% de los migrantes nicaragüenses en Estados Unidos no son ciudadanos norteamericanos, y solamente un 10% de los nicaragüenses que viven en Estados Unidos completó los trámites para obtener la ciudadanía.

 

El envío de este tipo de transferencias son determinantes para la subsistencia de las familias y las economías de los países que las reciben. Según el director del programa de Migración, Remesas y Desarrollo del Diálogo Interamericano, Manuel Orozco, en Nicaragua cerca de un millón de hogares reciben ayuda de sus familiares en el extranjero. 

El investigador calcula que el Estado nicaragüense se beneficia al obtener ingresos de más de 800 millones de dólares en concepto de impuestos.

Orozco estimó que unos 50 millones de migrantes, que ya pagan impuestos en Estados Unidos se verían afectados por la nueva tasa.

La disminución en el monto de remesas que recibe el país —ya sea por la aplicación del impuesto, o por la disminución en el número de remesantes, ante la cacería de ilegales impulsada por el Gobierno de Donald Trump— tendría serias consecuencias para la economía nacional. Datos del Banco Central de Nicaragua (BCN), muestran que en 2024, el país recibió 5243.1 millones de dólares en concepto de remesas. La fuente principal fue Estados Unidos, con 4340.2 millones de dólares, representando el 82.8% del total.

Durante el primer trimestre de 2025, se recibieron 1441.3 millones de dólares, de los que 1208.0 millones de dólares (83.8% del total), provino de Estados Unidos.

 
 

Claves del plan fiscal de Trump

El paquete presupuestario y fiscal del presidente Trump, al que ha apodado como el “gran y hermoso proyecto de ley”, promete deducciones récord, recortes en programas sociales, propinas libres de impuestos, un mayor gasto en defensa y seguridad fronteriza o gravámenes sobre las energías renovables.

La iniciativa legislativa, aprobada por el Senado propone básicamente hacer permanentes los recortes fiscales que el presidente ya aprobó en su primer mandato (2017-2021).

Se calcula que esto supondrá que el Estado deje de ingresar durante la próxima década entre 4 y 4,5 billones de dólares y que el déficit -que en el último ejercicio fiscal se situaba en 1,1 billones- crezca así en otros 3 billones durante ese lapso, siendo este uno de los principales puntos de fricción entre los republicanos en el Congreso.

Otra provisión de la norma que Trump y los líderes republicanos han presentado como un gran gesto para con la clase trabajadora es la exención de hasta 25 000 dólares al año en impuestos federales sobre las propinas de aquí a 2028, medida que supondría un alivio para el bolsillo de unos 4 millones de personas que viven en EE. UU.

Recortes en programas sociales

Parte de las deducciones fiscales récord del plan se financiarían, eso sí, con recortes de en torno a 1,2 billones de dólares que afectarán al programa de salud Medicaid para personas de bajos recursos, al de asistencia para la compra de alimentos SNAP o al llamado Obamacare, haciendo que varios millones de personas pierdan acceso a estas ayudas.

Además de cargas fiscales que prometen encarecer los nuevos desarrollos de energía solar o eólica y socavar así a las renovables en EE. UU., otra medida para compensar parcialmente los recortes impositivos será gravar los envíos de dinero al exterior.

Más gasto en la lucha contra la inmigración ilegal y en defensa

Precisamente es el apartado de seguridad y control fronterizo uno de los pocos que prevé incrementos presupuestarios para los próximos cuatro años.

Las estimaciones hablan de unos 175 000 millones de dólares más en cuatro años destinados a construir nuevos centros de detención o muros y otras barreras o a invertir en nuevas tecnologías de vigilancia e incrementos de personal tanto para asegurar la divisoria con México como para detener a indocumentados en el interior del país.

El sector de defensa, que Trump considera clave en el marco de la rivalidad con China, sería el otro gran beneficiado por el proyecto de ley, con unos 150 000 millones de dólares extra (un 13% más) presupuestados para el próximo ejercicio.

Una sexta parte de ese monto, unos 25 000 millones de dólares, irían destinados a un escudo antimisiles, la bautizada por el mandatario como “Cúpula dorada”, que promete beneficiar enormemente a los contratistas estadounidenses.

Sin embargo, el proyecto ha sido duramente criticado por los expertos debido a su viabilidad real y al hecho de que fomentaría una nueva carrera armentística, con países como China o Rusia optando por ampliar arsenales para tener capacidad potencial de penetrar este nuevo escudo.

Con información de EFE

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