En medio de la implacable crisis de Sudán, su pueblo resiste con esperanza
Publicado en 06/12/2025 11:05
Actualidad

Mientras el mundo se prepara para celebrar el Día de los Derechos Humanos el 10 de diciembre, la ONU advierte que el país, devastado por la guerra, se encuentra en medio de la que posiblemente sea la crisis de derechos fundamentales más grave de nuestro tiempo.

Los combates estallaron entre ejércitos rivales en abril de 2023 tras el fracaso de la transición al régimen civil que sucedió al derrocamiento del antiguo presidente Omar al-Bashir cuatro años antes.

El Ejército del gobierno militar de Sudán ha estado luchando contra los antiguos combatientes aliados de la milicia de las Fuerzas de Apoyo Rápido por el control del vasto país, donde más de 12 millones de personas han sido desarraigadas.

Además, millones de personas han huido a través de la frontera en lo que constituye la mayor crisis de desplazamiento del mundo.

En una entrevista en profundidad con Noticias ONU, la responsable de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos en el país, Li Fung, describe la magnitud de las violaciones que se están produciendo, la urgente necesidad de rendir cuentas y por qué el coraje de las comunidades sudanesas sigue siendo una fuente vital de esperanza.

Esta entrevista ha sido editada por motivos de extensión y claridad.

Noticias ONUAl conmemorar el Día de los Derechos Humanos, ¿cómo caracterizaría la situación actual en Sudán?

Li Fung: Sigue siendo extremadamente grave. La situación es, ante todo, una crisis de derechos humanos y protección provocada por dos años y medio de conflicto y violaciones generalizadas del derecho internacional humanitario y las normas internacionales en todo el país.

Esto ha desencadenado la mayor emergencia del mundo, desplazamientos masivos y niveles alarmantes de hambre.

La magnitud y la brutalidad de las violaciones que seguimos documentando reflejan una crisis que ha destrozado la vida de millones de personas y ha privado a innumerables sudaneses de las protecciones básicas a las que todo ser humano tiene derecho.

El impacto devastador del conflicto sobre la población civil es difícil de expresar con palabras. Ciudades reducidas a escombros, familias destrozadas de la noche a la mañana y civiles obligados a tomar decisiones imposibles solo para sobrevivir.

Pero en este contexto, la Oficina sigue apoyando al pueblo de Sudán, dando testimonio y documentando las violaciones, abogando por medidas para proteger los derechos fundamentales y apoyando la respuesta humanitaria y de las Naciones Unidas.

En el Día de los Derechos Humanos, nuestro mensaje es claro: deben respetarse los del pueblo sudanés. Todas las partes deben cumplir sus obligaciones en virtud del derecho internacional, proteger a los civiles y garantizar la rendición de cuentas por las violaciones. El pueblo de Sudán merece la paz, la justicia y el pleno respeto de sus derechos fundamentales.

Las mujeres sudanesas se reúnen con el equipo de la OACDH en Jartum.
ACNUDH/Sudán
 
Las mujeres sudanesas se reúnen con el equipo de la OACDH en Jartum.

Noticias ONUMuchos sudaneses temen que las violaciones que se están cometiendo queden impunes. ¿Qué mecanismo de rendición de cuentas existe actualmente y qué papel puede desempeñar la Oficina para garantizar la justicia a las víctimas?

Li Fung: La rendición de cuentas sigue siendo uno de los retos más urgentes, pero a pesar de las dificultades de la situación actual, existen varios mecanismos.

La Oficina, y en particular nuestro equipo en Sudán, desempeñan un papel muy importante en la promoción de la rendición de cuentas. Seguimos documentando y verificando las violaciones del derecho internacional en condiciones extremadamente difíciles, con el fin de preservar lo que ha ocurrido sobre el terreno, dar voz a los supervivientes, las víctimas y los testigos, y garantizar que esto pueda incorporarse a los procesos de rendición de cuentas.

También informamos al Alto Comisionado [Volker Türk], que a su vez informa al Consejo de Derechos Humanos, lo que garantiza que el tema siga figurando en la agenda internacional. Además, colaboramos con los supervivientes, defendemos sus derechos y su inclusión, y apoyamos los esfuerzos para reconstruir y fortalecer las instituciones del Estado de derecho que pueden impartir justicia.

A nivel internacional, también existen varios mecanismos importantes, entre ellos la Corte Penal Internacional, que tiene el mandato de investigar los crímenes internacionales.

Asimismo, la Corte ha establecido una misión internacional independiente de investigación sobre Sudán, cuya función es complementaria a la nuestra como oficina en el país, y que se encarga de documentar las violaciones, examinar las responsabilidades y los crímenes internacionales que puedan haberse cometido.

Pero, entre todos estos esfuerzos internacionales, es importante destacar la rendición de cuentas a nivel nacional; por eso estamos trabajando con diferentes instituciones del Estado de derecho para examinar las capacidades de promover la rendición de cuentas y la justicia para el pueblo de Sudán.

Noticias ONUComo todos sabemos, el acceso a las zonas afectadas, y especialmente a Darfur, es extremadamente limitado. ¿Cómo puede la comunidad internacional apoyar de manera significativa la documentación de las violaciones de los derechos humanos en estas zonas?

Li Fung: En lo que respecta a la respuesta a la crisis, el apoyo de la comunidad internacional es vital en muchos sentidos. En primer lugar, la financiación de la respuesta en materia de derechos humanos y la respuesta humanitaria requieren recursos para poder satisfacer las necesidades urgentes y las prioridades de los ciudadanos.

En segundo lugar, la acción política. Los Estados miembros tienen un papel increíblemente importante que desempeñar en la defensa del derecho internacional, utilizando su influencia para presionar en favor del diálogo, la paz, el alto el fuego, el fin real del flujo de armas y el avance en materia de rendición de cuentas y justicia para el pueblo de Sudán.

La documentación de las violaciones sobre el terreno es fundamental para todos estos esfuerzos, ya que realmente informa los esfuerzos en respuesta a las necesidades humanitarias, las prioridades de la población, para promover la protección de los civiles a través de acciones muy concretas y medibles.

El equipo de la OACDH en Sudán escucha a las mujeres sudanesas en Jartum.
ACNUDH/Sudán
 
El equipo de la OACDH en Sudán escucha a las mujeres sudanesas en Jartum.

Noticias ONUNo es la primera vez que Sudán es testigo de tales violaciones de los derechos humanos, y muchos lo atribuyen a décadas de impunidad. ¿Qué medidas concretas debe adoptar la comunidad internacional para romper finalmente este círculo vicioso de impunidad?

Li Fung: La impunidad alimenta ciclos persistentes de violencia y violaciones. Se pueden tomar medidas concretas, como apoyar todos los esfuerzos para exigir responsabilidades, respaldar la investigación, el seguimiento y la documentación, lo que conducirá a procesos de rendición de cuentas para exigir realmente la protección de los civiles y la investigación.

También es fundamental incluir la rendición de cuentas en el camino hacia la paz, así como abogar por la inclusión de todas las voces del pueblo sudanés de todo el país, a fin de lograr un futuro sostenible y pacífico para el país.

Noticias ONU: Por último, ¿hay alguna luz al final del túnel?

Li Fung: Sí, a pesar del inmenso sufrimiento que vemos y de la magnitud de las violaciones que seguimos documentando, hay luz, y proviene ante todo del propio pueblo sudanés.

A pesar de los enormes retos, los defensores de los derechos humanos sudaneses, los voluntarios humanitarios locales y los grupos y redes comunitarios siguen demostrando un valor y una persistencia extraordinarios.

Su resiliencia y sus iniciativas para apoyar a sus propias comunidades subrayan la urgente necesidad de una retención internacional sostenida, de medidas de protección más sólidas y de un acceso humanitario sin obstáculos. Su determinación, incluso en ciudades asustadas por el conflicto, es un poderoso recordatorio de que los cimientos de un futuro justo y sostenible siguen existiendo.

Creo que también hay esperanza en la renovada atención que se presta a la situación actual. Es lamentable que, a pesar de las numerosas advertencias sobre los riesgos de atrocidades y violaciones generalizadas, solo cuando estas se produjeron se empezó a prestar atención internacional al país. Pero ahora debemos aprovechar este momento. Seguiremos apoyando al pueblo de Sudán.

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