Varias agencias de la ONU han confirmado que se está produciendo una hambruna en Al Fasher, Darfur del Norte, y Kadugli, Kordofán del Sur, donde el conflicto ha bloqueado el acceso a alimentos y ayuda humanitaria. En zonas donde la violencia ha disminuido, como Jartum y Al Jazirah, se observan mejoras modestísimas en seguridad alimentaria y reapertura de mercados.
Unos 21,2 millones de sudaneses, el 45% de la población, enfrentan altos niveles de inseguridad alimentaria aguda. Las tasas de malnutrición aguda alcanzan hasta un 75% en Al Fasher y un 29% en Kadugli, mientras brotes de cólera, malaria y sarampión agravan la crisis, especialmente entre niños.
Las agencias de la ONU urgen a poner fin a los combates y garantizar acceso humanitario seguro e ininterrumpido, advirtiendo que la hambruna continuará si la violencia y las restricciones impiden la entrega de ayuda vital.