La migración de personal sanitario en Europa se ha acelerado de manera significativa en la última década y está generando fuertes desequilibrios entre países, según un nuevo informe de la Oficina Regional para Europa de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El estudio revela que, en 2023, el 60 % de los médicos y el 72 % de los enfermeros que se incorporaron al mercado laboral habían sido formados fuera de Europa.
El fenómeno plantea un doble desafío: en el este y sur de Europa, países como Rumanía o Moldavia pierden profesionales en favor de sus vecinos, agravando las carencias de personal. Al mismo tiempo, estados del oeste y norte dependen cada vez más de sanitarios formados fuera, como Irlanda, donde más de la mitad de los enfermeros y el 43 % de los médicos se graduaron en el extranjero.
Con una escasez proyectada de 950.000 trabajadores sanitarios en la Región para 2030, la OMS pide a los gobiernos fortalecer las políticas de retención, mejorar la planificación de recursos y garantizar una financiación a largo plazo.