La Misión de la ONU en Afganistán (UNAMA) denunció este jueves que fuerzas de seguridad de facto impidieron el ingreso de trabajadoras nacionales y contratistas a las sedes de Naciones Unidas en Kabul el pasado 7 de septiembre, una medida que después fue extendida a oficinas en todo el país.
Agentes de seguridad permanecen desplegados en las entradas de instalaciones en Kabul, Herat y Mazar-i-Sharif para hacer cumplir la restricción, que la ONU calificó de “particularmente preocupante” ante el contexto de limitaciones crecientes a los derechos de mujeres y niñas en Afganistán.
Según el organismo, los talibanes también han intentado bloquear los desplazamientos de personal femenino hacia zonas afectadas por los terremotos, para ayudar a mujeres y niñas, y a la frontera, para la atención de afganos retornados desde Irán y Pakistán.
La ONU advirtió que esta decisión pone en riesgo la entrega de asistencia vital a cientos de miles de personas en el este del país y en las fronteras con Irán y Pakistán.
La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) lanzó este martes un llamamiento urgente de 16,8 millones de dólares para ampliar la ayuda de emergencia a más de 134.000 personas afectadas por los potentes terremotos que sacudieron el este de Afganistán en los últimos días.
“Familias han perdido todo y ahora duermen a la intemperie, sin refugio, alimentos ni agua limpia”, señaló la subdirectora general de la OIM, Ugochi Daniels. “Con el invierno acercándose, su situación solo empeorará sin apoyo urgente.