Por Julián Escobar
Los historiadores han llegado a un consenso de que la Batalla de Boyacá el 7 de agosto marca la independencia de sólo una parte del país de España, mientras otros lugares ya no estaban bajo dominio español o seguirían siendo realistas durante otro periodo. También han llegado al consenso de que muchos de los esfuerzos fueron dirigidos por familias poderosas que fueron acérrimas súbditas del rey, hasta que se dieron cuenta de que no se les iba a dar un lugar importante en el manejo de los territorios que conquistaron y organizaron. Los Mosquera, Villavicencio, Montúfar, López, entre otros estuvieron profundamente involucrados tanto en el bando realista como en el patriota en lo que fue la Gran Colombia y al final todos terminaron juntos en los gobiernos que aparecieron en los regímenes continentales recién creados.
Una de las causas fue la excesiva corrupción de algunos funcionarios realistas. Las voces de varios oficiales españoles venían advirtiendo al virrey de la Nueva Granada desde 1808, el exceso de atropellos de ciertos personajes como el del alcalde de Valledupar, el Marqués Valde-Hoyos, que llevaron a alzamientos en 1810 contra el mal gobierno. Se organizó entonces un cabildo que envió representantes a las juntas independentistas de Santa Fe, hoy Bogotá y Cartagena para conocer sus intereses. Cabe recordar que Colombia como nación no existía, sino unos cabildos alzados que buscaban independencia de España y estaba buscando dónde estarían sus intereses mejor alineados, ya fuera con el de Quito, Caracas, Cartagena, Santa Fe o incluso el de Panamá. Valledupar originalmente se anexó al gobierno independiente de Cartagena, pero los malos manejos, hicieron que terminara aislado y es así como el otro gobierno independiente de la época, el de las Provincias Unidas de la Nueva Granada, se planteó anexarse Valledupar, como primer paso para seguir con Santa Marta y Riohacha, plazas realistas que contaban con el apoyo de los otros territorios realistas cercanos como Coro o Zulia.
Es aquí donde en guerra de caudillos aparece María Concepción Loperena, quien fue clave para esta independencia. Hija de un militar español enviado a organizar tributos a lo que hoy es el departamento del Cesar y esposa del gobernador de Valledupar, encaran el dilema de todas las familias poderosas de la época donde unos y otros eran de bandos opuestos. De igual forma, su familia también estaba dividida entre los independentistas que se querían anexar a Cartagena, el cual fue el caso de su hijo quien estuvo en las primeras delegaciones que fueron a esa ciudad, y ella directamente quien tuvo una charla con Bolívar en 1813, desde donde surgió la idea de que ella alzaría las banderas de la independencia de España en toda la región. El 4 de febrero de 1813, dio el grito de independencia en toda la región, apoyada por una junta y además de una población de casi trescientos esclavos que liberó de sus haciendas en La Jagua y Becerril. A esta proclama se sumaron todos los ciudadanos notables que formaban parte del bando patriota y así Valledupar terminó bajo el mando de una aliada de Bolívar, uniéndose al gobierno de las Provincias Unidas de la Nueva Granada.
No la tendría fácil Loperena en sus esfuerzos. Valledupar estaba muy cerca de plazas realistas como Riohacha y hubo combates durante todo el año de 1813 y en 1818, los realistas capturaron Valledupar con la ayuda de indígenas leales al rey. La orden que se dio desde Santa Marta era capturar a todos los sublevados, incluida Loperena quien tuvo sus haciendas confiscadas y dadas a otros ciudadanos que fueran realistas. Los combates alrededor de Valledupar fueron excesivos dado que todo lo que hoy es el departamento de La Guajira enviaba contingentes realistas contra unos patriotas fuertemente asediados y cortos de munición. Loperena fue fundamental en este esfuerzo al donar caballos a los ejércitos patriotas, mientras se escondía en los poblados de lo que es Cesar. Para fortuna de varios patriotas, el envío de tropas de la Legión británica por parte de Bolívar y de otros refuerzos como el General Rafael Urdaneta con la intención de tomarse Santa Marta, ayudaría a cambiar esta situación compleja que terminó por sellar la independencia de varias zonas de la costa Atlántica.
Su contribución sería reconocida años después cuando se organizó el territorio de la Nueva Granada ya liberada. Se le devolvieron sus bienes en 1821, se le reconocieron honores tanto de Bolívar como de otros próceres, así como su dedicación a la organización de Valledupar. Su gran obra sería en 1824 cuando por su gestión se fundó el primer colegio de Valledupar que hoy está ubicado en el edificio del concejo municipal.
Como esta hay miles de historias anónimas en Colombia. Muchos héroes dieron su patrimonio, vida y salud en pro de un proyecto de una nación. Que esta historia sea un motivador de que en horas oscuras y difíciles hay formas de salir adelante.