Alrededor de uno de cada tres refugiados y personas vulnerables que dependen de la ayuda de la Agencia para los Refugiados (ACNUR) corre el riesgo de quedar desatendido debido a una grave crisis de financiación,
De los 10.600 millones de dólares que ACNUR necesita para operar en 2025, solo se ha recibido el 23%, informó Dominique Hyde, directora de Relaciones Externas del organismo. “Detrás de estos números hay familias, hay vidas que están en un equilibrio muy, muy frágil. Las familias están viendo cómo desaparece el apoyo del que han dependido durante años”, dijo Hyde.
Los recortes provienen principalmente de la disminución en la ayuda extranjera por parte de países donantes como Suecia, Francia, Japón y Estados Unidos, lo que ha obligado a ACNUR a suspender o reducir programas por un total de 1400 millones de dólares.
Las mujeres y niñas enfrentan consecuencias desproporcionadas: ACNUR ha tenido que eliminar un cuarto del financiamiento a programas de respuesta y protección contra la violencia de género.
El informe ACNUR advierte que el aumento del desplazamiento forzado en todo el mundo, combinado con una caída drástica de la ayuda humanitaria, está creando un “cóctel letal” que pone en riesgo la vida de millones.